Muchos emprendedores se anulan a la sombra del anonimato, sin sacar a la luz ideas y proyectos geniales que el mundo está necesitando, dejando sus sueños en el armario por miedo a lo que conocidos y extraños pueden llegar a pensar o a decir. Otros sacan sus productos de forma tímida, pasiva y tradicional, buscando desesperadamente aprobación y reafirmación en lo que los demás opinen; si es bueno o no, si funcionará o no, ignorando que ya no es necesario pedir permiso, que el mundo está más abierto que nunca, y que tienen en sus manos oportunidades que antes eran inalcanzables, para que quien realmente se interese en sus ideas, simplemente vaya hacia ellos, y quien no, tranquilamente siga su camino.
Categoría: Emprendimiento
Piensa por un momento en cómo serìa tu vida si aprendieras a controlar esos miedos que te impiden atreverte, a ser y hacer aquello que quieres, que te apasiona, aquello que te haría avanzar para crecer y ser feliz. Piensa cuántas cosas maravillosas has dejado de hacer por no saber cómo vencer el miedo.
Cuántas veces al acercarnos a empresarios con el ánimo de concientizarlos sobre la importancia del community manager, hemos obtenido respuestas como: “Mi primo que entiende de esas cosas de internet está encargado de eso” o “Tengo un diseñador gráfico muy bueno que me va a hacer ese trabajo”.
Si cada vez más personas en el mundo habitan en Internet y sus diferentes canales digitales, no cabe la menor duda de que allí es donde las marcas por pequeñas que sean deben tener verdadera presencia. No darse cuenta de esto significa jugarse no solo la comunicación y la relación con la audiencia, sino también la identidad digital, las ventas y el futuro mismo de la marca.
En un mercado como el actual, donde la competencia es agresiva, la oferta aumenta y la capacidad de compra disminuye, cada vez los clientes son más valiosos, escasos y reclaman mayor atención.
El cliente ahora tiene más poder que nunca y la relación con él cada vez es más frágil e incierta, sin embargo muchas empresas siguen alejadas de la realidad, sin entender el verdadero alcance y la importancia de un servicio al cliente de calidad, y actúan como si fueran la única opción y el mercado no estuviera saturado de ofertas.